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Trump arrastra al mundo a la recesión: provoca un día negro en las bolsas entre amenazas de boicot inversor en EEUU
Los expertos alertan de los efectos que pueden tener en todo el mundo y, en especial, en EEUU. "Es probable que le cuesten alrededor de 1,5 puntos porcentuales del PIB, frente al 0,5 de China y la UE".
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Donald Trump ha declarado la guerra comercial y el mundo ha temblado. La Casa Blanca ha aprobado aranceles para la práctica totalidad de sus socios comerciales (los primeros entran en vigor este domingo) y las bolsas mundiales, incluido Wall Street, se han teñido de rojo. Este escenario puede conducir a una batalla arancelaria y económica, en la que gobiernos como el de Francia ya piden a los inversores que hagan boicot a Estados Unidos. Un contexto en el que los tambores de recesión global suenan con fuerza.
Los mercados pasaban un jueves negro que anticipaba lo que puede estar por venir. Las bolsas europeas sufrían importantes caídas, lideradas por los índices italiano y francés, que perdían un 3,5% y un 3,3% respectivamente. El Ibex también se teñía de rojo, con un descenso del 1,19%.
Las bolsas asiáticas no pudieron evitar el daño. Sin embargo, el golpe ha sido todavía peor para Wall Street que sufría su peor jornada desde marzo de 2020, es decir, cuando irrumpió la Covid-19.
Todos sus índices afrontaron pérdidas, aunque las peores han sido las sufridas por el Nasdaq, en el que están alojadas las empresas tecnológicas. Los aranceles de Trump han llevado a importantes caídas de cotización en Apple (un 9,1%), Amazon (casi un 9%) y Nvidia (un 7,8%).
Las repercusiones de los aranceles no se han quedado en los mercados bursátiles. También han afectado al petróleo. El precio del barril de Brent caía un 6,6%, hasta los 70 dólares, mientras que el de West Texas Intermediate (WTI) estadounidense se reducía un 7,08%, hasta los 66,63 dólares.
Mientras, la cotización del euro frente al dólar se imponía hasta máximos desde principios del pasado mes de octubre. La moneda comunitaria superaba el umbral de los 1,10 dólares al elevarse su valor 1,73%.
Estas son las consecuencias, por ahora, del pánico desencadenado por la guerra comercial declarada por Trump y el temor a que el resto del mundo acepte el envite desatando una espiral arancelaria global.
¿Las consecuencias? Importantes daños para la economía estadounidense, mayores que para el resto del mundo, entre otras cosas por el considerable incremento de precios causado por los aranceles. En este contexto, los analistas comienzan a alertar de que todos estos movimientos podrían desencadenar una recesión global.
"El régimen arancelario vigente desde principios de abril ya está generando una presión considerable sobre el crecimiento global, con Estados Unidos como uno de los países más afectados. Si las represalias se intensifican, podría desencadenarse una guerra comercial a gran escala que, sumada a la caída de la confianza empresarial y del consumo, arrastraría a la economía mundial hacia la recesión", indican Gregor M.A. Hirt y Martin Hochstein, de Allianz.

Los índices bursátiles, ayer, a la vista de transeúntes de Shanghái. Reuters
Con todo, la recesión es más posible en Estados Unidos que en ningún otro territorio. "Es probable que los aranceles le cuesten alrededor de 1,5 puntos porcentuales del PIB a finales de año, frente al 0,5 de China y la UE", explica Paolo Paolo Zanghieri, economista sénior de Generali Investments. Todo ello con una inflación que se podría disparar al 4,5%, según los analistas de Pimco.
¿Y España? Por ahora, es pronto para poder medir el impacto. La economía española y sus exportaciones dependen menos que la de otros países de la UE del comercio con Estados Unidos.
Sin embargo, el daño que sufran otros países europeos sí que puede perjudicar al PIB español, dado que el Viejo Continente es el principal cliente de las exportaciones nacionales.
Lorenzo Bernaldo de Quirós, presidente de Freemarket Corporative Intelligence, calculaba, durante su participación en el foro Wake Up, Spain!, que los aranceles de Estados Unidos podrían provocar que el PIB español perdiera un 0,6% de PIB y un 1,6% de empleo.
Aliados levantados en armas
Estados Unidos construyó el mundo a su medida tras su triunfo en la Segunda Guerra Mundial, sostenido sobre el poder del dólar y la apertura al comercio, la cooperación, las alianzas. Especialmente, con Europa, Japón y Corea del Sur. Ahora, con Trump, el mundo es otro. "Esta es una visión completamente diferente", explica Greg Grandin, historiador de Yale, al New York Times. "Una en la que el primer principio es que las naciones no tienen intereses compartidos, sino conflictos de intereses".
Trump, pues, encendió la mecha para el fuego aliado. Los duros aranceles contra la Unión Europea recibieron ayer la contestación de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen —en nombre de todos—, y de Emmanuel Macron, presidente de Francia —en nombre de sus compatriotas, con el ánimo de que la idea coja fuerza en Bruselas—.
La alemana advirtió de que, si no hay cambios —es decir, si no se revisan las condiciones—, los europeos pagarán un recargo de 81.000 millones de euros por introducir sus productos en el mercado americano. La cifra, en estos momentos, no pasa de los 7.000 millones. El francés, por su parte, fue un paso más allá: llamó al boicot de las inversiones en Estados Unidos. "Lo importante", dijo Macron, "es que las inversiones futuras o anunciadas en las últimas semanas se suspendan hasta que se aclaren las cosas".
Los europeos sacan pecho, en esencia, de un mercado de 450 millones de bolsillos. Pero no es seguro que todos los países reaccionen con el mismo entusiasmo a la llamada a las armas. España prevé, entre tanto, reservar más de 14.000 millones de euros para amortiguar, como anunció el presidente Pedro Sánchez, el golpe de "una guerra que nadie quiere, salvo una persona". Los sectores que más los necesitarán serán, presumiblemente, el agrícola, el automovilístico y el acerero.
El más europeo de los norteamericanos, Canadá, celebró que el castigo de Trump fuese más leve de lo esperado. "Nos llevamos el mejor trato de un conjunto de tratos complicados y malos", reconoció el primer ministro Mark Carney, con las elecciones a la vuelta de la esquina. Nada de eso quita que Ottawa aplique un arancel recíproco del 25% contra la industria del automóvil de su vecino, arrastrado por una guerra económica que sólo invita a la escalada. "Cuando Estados Unidos sufre una recesión, es difícil para Canadá evitarla". Ahora bien, recordó Carney, hay "excepciones": como ccuando se salvó del contagio de la crisis de 2008.
Más alarmante para Washington es la respuesta de Japón y Corea del Sur, sus aliados estratégicos para frenar a su gran rival: China. En Tokio y Seúl encajaron la noticia como un crochet a traición. Entre las dos democracias y la dictadura asiáticas concentran el 25% del comercio internacional. Las dos do democracias no quieren depender más de la cuenta de Pekín. Las acusaciones de "aprovecharse" de Estados Unidos, sin embargo, los obligan a buscar una nueva relación con la dictadura que amenaza con finiquitar décadas de paz y estabilidad en la región.